Mientras caminas por cualquier calle de Cuba puedes escuchar cosas como estas:
El tipo se vio en tres y dos, se dio cuenta de que todo este tiempo le habían tenido la bola escondida, así que pensó: mejor no le hago más swing a eso.
Lo que puede ser equivalente a decir:
El tipo se encontró en una situación difícil, se dio cuenta de que todo este tiempo le habían ocultado información, así que pensó: mejor no me preocupo más por eso.
Y es que quien quiera comprender a cabalidad el español que se habla en las calles de Cuba, debería intentar, si no lo está, familiarizarse con el argot beisbolero. Ya dijo Padura que “para los cubanos, el béisbol no es un deporte y mucho menos un juego: es casi una religión, algo definitivamente muy serio”, y cuando un deporte logra tamaño alcance en la vida cultural e identidad de un país, la implicación lingüística resulta inevitable.
Muchas son las palabras o expresiones provenientes del béisbol que han adquirido en el español de Cuba significados generales alejados de la acepción especializada. Algunas de ellas han calado tanto que un hablante poco atento a cuestiones lingüísticas podría no ser consciente de su procedencia: estar más atrás que el ampaya; en tres y dos; fuera de liga; la bola pica y se extiende; ¡se partió el bate (de aluminio)!; ser cuarto bate; tener la bola escondida; esquina caliente; dar/meter curva; dar/meter línea; ser out por regla; haber/tener movimiento en el bull-pen; tener tamaño de bola; hacer swing; irse del parque etc.
Lejos estamos ya de aquel beis ball que le tomamos prestado a los gringos por allá por el siglo XIX. El “aplatanamiento” es evidente desde el propio nombre del deporte, devenido deporte nacional: béisbol, beisbol o, para decirlo con total cubanía, la pelota. El interés desde el punto de vista lingüístico no solo se genera por los aportes del deporte al español cubano sino también por todo lo que sucede, lingüísticamente hablando, en la propia terminología deportiva.
Por ejemplo, lo sucedido con la denominación del deporte ocurre con otras muchas palabras. Con la paulatina consolidación del juego de pelota como deporte nacional muchos de esos anglicismos se hispanizaron, se crearon nuevos términos y se especializaron acepciones del léxico general.
La pronunciación de los términos provenientes del inglés ha provocado que se hagan adecuaciones en la escritura. Es por eso que jonrón, ampaya o jit son las palabras que encontramos cada día en la sección deportiva de cualquier publicación nacional, y no sería de extrañar que algunos cubanos no reconozcan estas voces en la escritura de home rome, umpire, hit. Esto da lugar a una gran variación gráfica en la escritura de palabras tales como: pitcher/pícher, pitcheo/picheo, fly/flay/flai, home/jon, strike/estrai/estray, dead ball/desbol, short/sior/siol. En ocasiones el proceso está tan avanzado que no es posible encontrar en textos escritos cubanos el referente extranjero de las siguientes variantes hispanizadas: tubey, tribey, escón, adecuaciones de two base, three base y scon, respectivamente.
También es posible que el anglicismo alterne con la palabra en español como center field y jardín central, por ejemplo, o que surjan palabras derivadas de estos préstamos: noquear, quechar, quechear, fildear, fildeo, fildeador, jonronear, jonronero, infielder, swinazo.
Para la denominación de un concepto confluye en algunos casos una gran variedad de términos, debido en gran medida a la intención de periodistas y narradores deportivos de aportar dinamismo al discurso sin repeticiones reiteradas o, a veces, incluso, de imponer su sello:
- jonrón /home run /cuadrangular /cuatriesquinazo /cuatroesquinazo /batazo de cuatro esquinas/ batazo de vuelta completa
- inning /entrada /episodio /capítulo
- apagafuegos /bombero /estabilizador /lanzador /relevista /pitcher tapón /relevista / relevista taponero
- lanzador /monticulista /pitcher /pícher /serpentinero
- almohadilla /cojín /goma /colchón
- cabilla /cañonazo /cepillazo /cohete /conexión /imparable /inatrapable /incogible /indiscutible /jit / hit /tablazo
- jardinero /patrullero /guardabosque
- jardín/ banda /bosque /pradera
Muchos más pueden ser los fenómenos o ejemplos a considerar y la lingüística cubana aún tiene como deuda la elaboración de un diccionario de béisbol. Por otra parte, soy incapaz de medir si el impacto de la jerga beisbolera en el español de Cuba es mayor o menor que en otros sitios, con el mismo u otro deporte. Es algo que se ve en todas partes, si no preguntémosle a un argentino, un mexicano o un español sobre lo que sucede en sus variedades de español con el fútbol, por ejemplo. Mi intención no es sobredimensionar la influencia que tiene sobre el español de Cuba el léxico beisbolero, sino llamar la atención sobre algo que, indiscutiblemente, nos distingue y, en buena medida, nos define.